Tesoros escondidos.

Vivimos enfrascados en nuestros pensamientos, en nuestras obligaciones, en lo que han dicho, lo que hemos oído... vamos tan inmersos en nuestra rutina que olvidamos ver, observar y fijarnos en la belleza de nuestro alrededor.

Olvidemos por un instante, nuestro incansable paso frenético y nuestro dolor para simplemente observar, sólo eso, detenernos y observar que la rutina cambia de color cuando decides mirarla y observarla, cuando decides fluir y simplemente observar. Entonces, los problemas, el dolor, la angustia, todo aquello que nos pesa, parecen detenerse también a observar.

Cuando vamos caminando nuestra mente vuela de acá para allá en la infinidad de cosas que hay que hacer, en recuerdos perdidos, en problemas o en tristezas que jamás se quieren marchar. Cuando vivimos la vida una y otra vez, seguimos unas pautas muy aprendidas y caminamos sin sentido. Olvidamos detenernos y observar, simplemente eso, observar. Es entonces , al observar, cuando descubres los tesoros que no viste y descubres que la vida es otra cosa muy distinta, tiene brillo, color y magia.

La vida tiene innumerables tesoros escondidos que consiguen hacerte  reflexionar y maravillarte.
¿Cuántas veces haces el mismo camino para ir a casa?, se hace tan monótono que inmerso en los pensamientos o enganchado al móvil se pasan por alto infinidad de cosas como el observar los colores del cielo, la gente que pasa o incluso una hoja en forma de corazón que cayó de un árbol... El simple hecho de observar y tomar conciencia del momento presente es el regalo más hermoso, son los pequeño tesoros escondidos que la vida nos ofrece y que no vemos por ir inmersos en un océano de pensamientos y sentimientos.

Por un instante, detente a observar y encontrarás la paz que hay en ti

 y descubrirás que el mundo que te rodea es hermoso, lleno de colores y magia.

Es hora de desenterrar los tesoros escondidos.