Paradme el mundo que me bajo

Creo que todos tenemos de esos días en los que detendrías el mundo para bajarte, pasando de dar vueltas como los demás, de seguir ese ritmo y escuchar tonterías.

Paradme el mundo que me bajo

 

Creo que todos tenemos esos días grises donde te planteas y cuestionas hasta un simple aleteo de una mosca, porque en esos días crees vivir en un colectivo extraño que no para de girar a un ritmo que te desconcierta, todo es malo, nada se hace bien, las cosas están terribles, todas las conversaciones del entorno son quejas y dolores, los programas televisivos son raros...

Paradme el mundo que me bajo

Y una vez decides detenerte y observar cómo se mueve tu pequeño mundo, descubres que la vida es algo más, un movimiento en pura y constante armonía, un lugar donde vivir y sembrar sueños, donde demostrar que las cosas no son lo que parecen y que en ocasiones, todos necesitamos bajarnos por un instante para ser capaces de contemplar el brillo de las estrellas a pesar de la contaminación lumínica, de admirar la luna entre bloques de pisos, de ver hormigas por un rincón de la acera, y de sentir que la vida es maravillosa, un lugar donde plasmar tus colores y pintar el lienzo más hermoso, escribir tus propias notas y dejar huella allá por donde pisas para contagiar de esa forma de sentir la vida y compartir que las cosas tienen un lado hermoso y que entre todos es más sencillo vivir esa vida. 

Todos necesitamos bajarnos del mundo que gira para poder observar con detenimiento, para poder descansar y buscar nuestra propia luz y recordarnos que la vida es otra cosa, que si no queremos girar a una determinada velocidad sólo depende de nosotros y podremos comenzar a vivir el ritmo de nuestro propio latido del corazón.

Cuando el mundo gire muy rápido y decidas bajarte por un instante,

 recárgate de nuevo para ser el capitán de tus sueños

 y el artista que llevas dentro para girar de nuevo en un mundo hermoso.