Escondidos tras la rutina caminamos por el sendero de la vida, la vista queda nublada por la continua repetición de sinsabores que forman parte del devenir humano.
Por brillante que pueda ser la luz del amanecer, siempre permanecemos relegados en la oscuridad, las sombras de lo cotidiano nos abrazan uniéndose a cada nuevo paso, fusionándose con las risas perdidas y marchitando la alegría. La rutina encabeza el ritmo del sendero y emprende fuga con los sueños perdidos.
Ya no hay brisas ni susurros que trasmitan el cambio de nuevos y frescos aires de sueños realizados, la vida se detiene ante la rutina y deja de ser un descubrimiento para pasar a ser una conquista, ya no hay más movimiento, sino más bien hay un constante arrastre por parte de esa rutina tan poderosa. No hace falta pensar qué hacer porque la sorpresa no tiene cabida en la vida rutinaria, las ilusiones perecen al borde de lo que fue un camino de sueños y esperanzas.
Todo se pierde, hasta la visión de un posible nuevo sendero, las sombras de la rutina no dejan paso a la luz, y ya no somos conscientes de lo que pasa porque formamos ya parte de esa inmensa bola, y la rutina que se alza ante nosotros ya es una vieja conocida, y es que ahora sin ella, no seríamos capaces de seguir hacia delante
¿De qué hablar si no es de ella, hacia dónde huir si no es con ella?
Como si de un tornado se tratase las vidas giran al son de un motor que les da la fuerza para ascender y ser lanzadas en cualquier lugar y sin previo aviso. Esa, es la fuerza de la rutina.
Las palabras, por mucha queja que almacenen en su interior hacia dicha rutina, jamás acabarán con ella porque carecen de valor, quedan vaciadas y silenciadas por la falta de valor hacia un cambio inminente, el viento de los miedos y la comodidad arrasa con cualquier signo de cambio y las palabras vuelan como si de frágiles plumas se tratara. ¿Qué hacer ante la fuerza de la rutina?
En la simplicidad de la vida se encuentran los mayores secretos de la misma, que susurran anhelando ser oídos. La receta para dejar de ser seres rutnarios y convertirnos en seres mágicos es la siguiente
Y así con la certeza de ser dueños de nuestros sueños y de nuestras vidas, la rutina deja de ser propietaria del camino, y se silencia tras las ganas de hacer las cosas de formas distintas, de añadirle una pizca de magia al camino de la propia rutina.
Por brillante que pueda ser la luz del amanecer, siempre permanecemos relegados en la oscuridad, las sombras de lo cotidiano nos abrazan uniéndose a cada nuevo paso, fusionándose con las risas perdidas y marchitando la alegría. La rutina encabeza el ritmo del sendero y emprende fuga con los sueños perdidos.
Ya no hay brisas ni susurros que trasmitan el cambio de nuevos y frescos aires de sueños realizados, la vida se detiene ante la rutina y deja de ser un descubrimiento para pasar a ser una conquista, ya no hay más movimiento, sino más bien hay un constante arrastre por parte de esa rutina tan poderosa. No hace falta pensar qué hacer porque la sorpresa no tiene cabida en la vida rutinaria, las ilusiones perecen al borde de lo que fue un camino de sueños y esperanzas.
Todo se pierde, hasta la visión de un posible nuevo sendero, las sombras de la rutina no dejan paso a la luz, y ya no somos conscientes de lo que pasa porque formamos ya parte de esa inmensa bola, y la rutina que se alza ante nosotros ya es una vieja conocida, y es que ahora sin ella, no seríamos capaces de seguir hacia delante
¿De qué hablar si no es de ella, hacia dónde huir si no es con ella?
Como si de un tornado se tratase las vidas giran al son de un motor que les da la fuerza para ascender y ser lanzadas en cualquier lugar y sin previo aviso. Esa, es la fuerza de la rutina.
Las palabras, por mucha queja que almacenen en su interior hacia dicha rutina, jamás acabarán con ella porque carecen de valor, quedan vaciadas y silenciadas por la falta de valor hacia un cambio inminente, el viento de los miedos y la comodidad arrasa con cualquier signo de cambio y las palabras vuelan como si de frágiles plumas se tratara. ¿Qué hacer ante la fuerza de la rutina?
En la simplicidad de la vida se encuentran los mayores secretos de la misma, que susurran anhelando ser oídos. La receta para dejar de ser seres rutnarios y convertirnos en seres mágicos es la siguiente
Y así con la certeza de ser dueños de nuestros sueños y de nuestras vidas, la rutina deja de ser propietaria del camino, y se silencia tras las ganas de hacer las cosas de formas distintas, de añadirle una pizca de magia al camino de la propia rutina.
VIVAMOS LA MAGIA DE LA VIDA
ResponderEliminarque así sea!!
EliminarPrecioso todo lo que pones, gracias por compartir todo lo que eres.
ResponderEliminarGracias por tus lindas palabras y gracias a ti por leer lo que escribo.
EliminarVoy a probar esta receta!!! Danke
ResponderEliminares una receta buenísima ;) rica rica en optimismo, alegría y felicidad...vitaminas indispensables para el alma.
ResponderEliminarme quedo con la receta!!! besicos
ResponderEliminarsencilla de hacer y nutritiva. Besos!!
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