El arte milenario del saludo.

En los tiempos que vivimos de estrés, crisis, ansiedad, enfermedades, depresiones y tecnología, 
el saludo, algo tan simple como un
 se ha convertido en un auténtico arte milenario.

Ya pocos saludan al entrar en un establecimiento, al subir al autobús o cuando paseando por la montaña se encuentran con alguien.
El saludo se ha convertido en una especie en extinción y parte de una reliquia expuesta en las vitrinas de los museos, es algo ya de un pasado dónde saludar era una costumbre y un hábito de compartir, no sólo el saludo sino también un trocito de sus corazones.

  La etimología de la palabra saludo (información obtenida en etimologías de chile)
"es desear salud, decir salud, hacer a alguien cumplimientos cuando nos encontramos con él, presentar nuestros respetos, saludar, desear fuerza y vigor. Viene del latín salutare...."

En definitiva saludar en dar afecto y respeto a la otra persona con una simple palabra...increíble ¿verdad?...el poder mágico de una pequeña palabra como
 la fuerza que desprende...no sólo se saluda sino que también se trasmite un pequeño deseo de salud, de afecto hacia la persona a la cual se saluda.

A mi personalmente me encanta saludar, aunque no reciba respuesta sigo saludando allá dónde voy. Me parece una manera muy bonita de dar un poquito de alegría, de demostrar que a pesar de todo, un desconocido te puede dar una muestra de afecto, que no somos seres individuales en un mundo globalizado, que la ilusión es contagiosa. Es bonito y saludable saludar.

Comentarios

Publicar un comentario